El bebé empieza a comer...y papá también

Qué emoción!
Preparamos el terreno, y al fin vamos a darle uso a esa sillita que tenemos guardada hace seis meses y hasta el momento era usada como perchero. Sacamos la ropa de encima, la abrimos, y gloriosa, estaba como loca la sillita, esperando que le toque su turno para comerse la cancha.
Pero, dónde la ubicamos? Yirando de un lado al otro, resulta ser que la sillita es nómade o vagabunda, recorre la casa como alma en pena, en busca de un lugar que la acepten como tal, sin ser corrida por molesta, en la primera de cambio, se ofende y se va a otro lado.
Sentamos al baby, si, pensando que abrirá la boca, ante la aproximación de la cuchara y se comerá dos platos enteros del puré que le acabamos de pisar.
Ja, ja.
No. No es tan sencillo. Y no me vas a decir que ya estás agotada, que hace cinco meses que no dormís y no queda más paciencia en tu autito.
Andá a la primera estación de servicio, y pedí Paciencia Power, o Fangio, sí, esa…la mas cara, y llená el tanque, porque lo vas a necesitar!
Ojalá que tengas suerte… pero preparate para un mes intensivo de pelar, hervir, y tirar purecito a lo loco, porque el pendex no abre la boca, parece una ostra, ni mediste que tenía la fuerza de una boa constrictora.
Sumale los enchastres por el piso, sillita pegajosa, pelos duros, ropa manchada, paredes con nuevas texturas. Pensá algo improbable, y sí, puede pasar!
O que el acto de tragar era innato. Jaja, hasta que aprendan, las mil calenturas te vas a agarrar, y todo el tiempo y dinero que vas a gastar.
Pero a una amiga que es super práctica, se le ocurrió una idea, que viene bárbaro para estos tiempos de crisis.
Maximizar ese tiempo en la cocina, el gasto de los ingredientes y hacer de las papillas, y los restos de puré, una nutritiva comida gourmet.

Solo faltaría un plato enorme para la presentación, preferentemente perdido en tu mesa, un poco de perejil, o mejor rúcula, que es más fashion para la decoración, unos garabatos con el purecito semilíquido, y arvejas desparramadas a libre albedrío.
Luego separás unas finas láminas de queso que cubrirán el arroz…digo…el rissoto…. Digo el rissoto de hortalizas de la huerta… a la crema de parmesano.
No me digas que no te tentó! Jajaja.